Antonio es un nombre fuerte. Puedes oírlo, en el idioma que sea, con el acento que gustes, de la persona menos esperada, con el tono de voz incluso más bajo posible, y siempre será un nombre fuerte. Antonio solo puede ser el nombre de un hombre increíble, más allá de este mundo. Fuerte, como su nombre.
Este nombre solo puede pertencerle a aquel con una personalidad respetable, a ese al que los demás no se atreven ni a hablarle porque saben que no son merecedores ni de respirar su mismo aire. Es para un lider, para un genio, para un valiente, para un guerrero. No cualquiera puede tener este nombre, pues no cualquiera puede ser todo lo que este poderoso nombre conlleva.
Y es que Antonio es el nombre que me hace temblar de pies a cabeza.
No tiemblo de miedo, si no de excitación. Y no de una excitación libidinosa, si no de una excitación tal por el simple hecho de saber que el hombre perfecto en mi vida tiene ese nombre. Él tiene cada una de las características que describen a un hombre fuerte y de principios, así como también tiene defectos y es humano por sobre todas las cosas. Tiemblo porque me impacta el poder de su nombre, me emociona la dedicación a su trabajo, me encanta la sonrisa timida en un bello rostro inigualable, me enternece la timidez en un hombre tan duro, me fascina la voz firme, me enloquecen los labios y las manos incisistentes. Me tiene como quiere y a mi me encanta que me tenga.
Pero la duda salta a mi cabeza: ¿Cómo siendo el tan perfecto está con alguien como yo? Vienen las inseguridad y mi torpeza sale a flote, arruinando lo que el trabajo de los dos nos ha traído y sabiendo que hemos sido culpables, nos alejamos uno del otro, esperando que alguien seda, sabiendo que hay que pedir perdón, entendiendo nuestra situación.
Y sabiendo que uno ama al otro y viceversa.
"Antonio.", resuena en mi cabeza mientras pienso en él. Rememoro cada uno de los momentos, desde el primer "hola", pasando por el primer beso, hasta llegar al día de hoy. "Antonio...", vuelvo a repetir ahora enternecida, observando esa disculpa que había esperado y sabiendo lo que tengo que hacer. Y ya que se ha apaciguado el mar de nuestros miedos e inseguridades, la admiración nace desde lo más profundo de mi ser y se me enchina la piel al oírlo hablar con tanta pasión sobre aquello que tanto ama.
Repito su nombre un sin fin de veces; lo llamo en mis sueños, incluso en aquellos en los que estoy despierta parada en algún lugar incierto de Villahermosa. Respiro profundo, antes de suspirar: "Antonio...". Sé que le debo mucho, así como él me debe a él. Y luego sonrio, porque sé que no, no nos debemos nada más que nosotros mismo, abrazados, disfrutando de la calidez del otro, deseando que el momento no acabe jamás.
"Distancia, tu no eres enemiga mía. Tiempo, tampoco me eres rival. Inseguridad, puedes irte despidiendo. Miedo, no significas nada. Pasado, ni se te ocurra querer atormentarlo."
No existe nada que pueda vencerlo, no hay nadie que se equipare a él. Porque Antonio es es el hombre perfecto, lleno de imperfecciones y de coraje que siempre lo llevarán a triunfar, aun cuando el camino este oscuro y parezca que no hay más. Él siempre tiene una solución a los problemas, no teme tomar decisiones y sabe pararse el mismo.
Si, la vida no ha sido justa a veces con él; su alma carga un mil cicatrices y su corazón ha sido destrozado muchas veces... Pero son justo esos malos momentos los que lo han llevado a ser fuerte, "No tenía opción". Y su fortaleza, su veracidad y su perseverancia le traerán cosas futuras que todos van a envidiar siempre. Porque el será un rey, el será un gran hombre. Antonio ya es un gran hombre.
Antonio no solamente es un gran hombre, también es mi novio. Mi novio, mi amante, mi amigo, mi confidente, mi fortaleza. Mi complemento.
Antonio es la calma antes y después de la tormenta, es el alba y crepusculo de mis días, así como la intensa noche. Es el aire que me mantiene con vida, la sonrisa de un nuevo día, el recuerdo más bello, el beso más perfecto, la caricia más tierna, el encuentro más placentero. Es cada razón, cada sueño, cada deseo que jamás tuve; nunca importará lo que deparé el futuro, yo siempre lo amaré.
Él me anima, me salva y me protege. Es mi fortaleza, quien me hace querer ser mejor persona, mejor mujer, mejor novia, mejor amante y mejor estudiante. Él me hace desear superarme, me hace ver las cosas tal cuales son. Me centra, me calma, me hace entrar en razón y me ayuda a crecer. Es mi guia, mi mentor y yo su damita, aprendiendo a vivir con él.
Antonio, sinónimo de grandeza. Y él, que es sinónimo de perfección. Él, MI Antonio.
*Se emociona porque él también se llama Antonio*.
ResponderEliminarTienes razón, Antonio es un nombre fuerte.
PD: Es un desmadre publicar un comentario aquí.
Ya sé, es una desgracia comentar aquí. Por eso me pasé a tumblr, ¿tienes tumblr? Sigueme acá: http://byherownstory.tumblr.com/
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